Seguidores


Todo el dolor que creía conocer, todos mis recuerdos ; me llevan a ti.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Pesadilla (parte 4)

Ding dong. Era el timbre de la puerta. Natalia se levantó de golpe dejando a un lado el libro que estaba leyendo. Se alisó la camiseta y se echó un vistazo en el espejo de la entrada. Todo en su sitio. Abrió la puerta y ahí estaba él. Vestía unos pantalones vaqueros, una camiseta que parecía nueva y unas deportivas negras. Natalia al verle se sonrojo y Lucas no pudo evitar sonreír.
-Si llego a saber que te pones tan guapa me hubiera arreglado un poco más.
Este comentario hizo que se sonrojara a un más, eso le divirtió. Natalia no sabía que contestar porque si hablaba seguro que no le saldría más que alguna estupidez.
-Vamos que llegamos tarde.
-¿Por qué tanta prisa?
-Pensaba que podríamos ir al cine del pueblo. Hoy es el día de puertas abiertas y he pensado que te gustaría ver la película que echan, es una de mis favoritas. _a este último comentario lo acompaño con un guiño.
- Sería interesante saber qué clase de películas te gustan, sería lo primero que supiera de ti. _dijo con sarcasmo.
-Tiempo al tiempo pequeña. _Natalia se sobresaltó al oír eso.
No intercambiaron más palabras en todo el trayecto. Cuando llegaron al cine Natalia pudo ver el cartel de la película.
-"El club de los cinco" _ dijo casi en un susurro. _Nunca la había visto _comentó ahora en más alto.
-Es una película que hay que ver. Aunque sea solo una vez. Anda ahora entremos.
El cine era una pequeña sala con una gran pantalla colocada en la pared de frente. Las butacas se hallaban colocadas en fila unas tras otra separas en cuatro columnas. La sala estaba prácticamente vacía a excepción de una pareja situada en una de las filas del fondo. Natalia siguió a Lucas que se sentó en la esquina más alejada. Durante la proyección de la película no paso nada. Natalia llego a pensar que él buscaría el momento para tocarla o besarla, tantas películas que había visto que el chico pasaba el brazo por los hombres de la chica para acercarse más. En cambio, Lucas estuvo toda la película atento a la pantalla. Bueno menos la vez que sus ojos se encontraron.

En cuanto finalizó la película abandonaron el cine poniendo rumbo a un banco del parque.
-¿Qué me dices de la película?
-No ha estado mal.
-¿Solo me dices eso?
-¿Qué quieres que te responda? ¿Qué me ha encantado?
-Eso estaría bien.
-Umm…_ Natalia miraba a Lucas que se encontraba en frente suyo. Él esperaba la respuesta de la chica y aguardaba que fuera buena_ ¡Me ha encantado! No sé cómo no la había visto antes.
-Lo sabía._ le contestó Lucas sonriente.
A partir de ahí empezaron a hablar y hablar sin percatarse que las horas pasaban. En un momento no se qué hizo que Natalia mirara el reloj y se diese cuenta que eran las once. Su madre no tardaría de llegar a casa.
-Lucas, me tengo que ir.
-Si no hay más remedio... ¿te paso a buscar mañana por la mañana?
-Lo siento, no puedo,  mañana tengo curso.
-¿Entonces nos vemos por la tarde?
-Déjame que lo piense. _ Natalia hizo que pensaba hasta que al final le respondió_ Esta bien.
Lucas en vez de contestarle algo se acercó a ella y le robó un beso. Natalia al principio se sobresaltó, pero luego fue ella la que le besó. Ella fue la primera en separarse, se dio la vuelta y se fue.
-Hasta mañana pequeña._ le gritó Lucas para que ella le oyera.

Al llegar a casa se dio cuenta que las luces estaban encendidas, su madre ya había llegado.
-¿Qué hora son estas de llegar?
-Mamá que no es tan tarde.
-¿Cómo que no jovencita? ¡Mañana tienes curso y tienes que madrugar!
-¡Ya soy mayor para saber lo que hago!
A Natalia no le gustaba nada discutir con su madre, así que se fue y se encerró en  su habitación. Pudo oír como su madre la mandaba bajar a cenar, pero ella pasó completamente. 
Aquella mujer se preocupaba por su hija, cada vez la veía peor y no era capaz de hacer nada por ayudarla.


Natalia se tumbó en la cama quedándose dormida en cuanto las sabanas le rozaron la piel.

(Continuará...)

domingo, 22 de septiembre de 2013

Pesadilla (Parte 3)

Cuando ya no le veía, Natalia decidió que ya era de volver a casa, sino no la daría tiempo a prepararse para el curso. Se puso los cascos y empezó a correr.
En cinco minutos había recorrido la mitad del camino, ya no la quedaba nada. Pero de repente un dolor se habría paso en su cabeza haciéndola parar. Era un dolor muy fuerte que parecía proceder desde lo más profundo. Lo extraño fue que tal como había venido había desaparecido. Decidió no darle vueltas, estaba cansada, eso debía de ser. El resto del camino lo hizo más despacio evitando pensar en lo que había ocurrido, centrándose en su “cita”, por llamarlo de algún modo.

Su madre no se encontraba en casa lo que fue un alivio, no tenía ganas de que le preguntara que tal estaba. Se dirigió a la cocina y vio que en el frigorífico había una nota pegada. Su madre volvería tarde, por lo que se ve tenía que trabajar. Decidió subir un rato a la habitación, ya comería después. En cuanto entró al cuarto se tumbó en la cama. No sabía qué hacer, no sabía si la apetecía leer, escribir, dibujar, mirar la tele o cualquier cosa, no podía decantarse por ninguna. Al final no eligió ninguna de esas opciones sino que optó por quedarse tumbada escuchando música. 


La  oscuridad la rodeaba cuando avanzaba por el largo pasillo. Una luz aparece ante sus ojos. Una mano emerge de ella. Tiende la suya en su busca. Cuando ya la tiene, una mano de afiladas uñas le agarra del hombro arrastrándola hacia las sombras. Gira la cabeza. Puede distinguir una silueta. Esta cerca de la luz, aunque su rostro queda oculto por la sombras.

Se levanta de golpe. Lo último que recuerda es que estaba escuchando música y después aquel sueño. Un escalofrío le recorrió la espalda cuando intentaba recordarla.  Es el mismo siempre, pero cada vez más largo. Cree que la quiere decir algo, puede que corra peligro. Desechó esa idea rápidamente de la cabeza. Miró el reloj y vio que solo marcaban las cuatro, no sabía qué hacer, le quedaba mucho tiempo hasta las ocho. Decidió ordenar el armario, así de paso buscaba que ponerse.

Después de bastante tiempo encontró lo que buscaba. Esos pantalones pitillos y la nueva camiseta de tirantes. Y para los pies unas bailarinas negras, al igual que la camiseta. Se dirigió al cuarto del baño. Empezó a maquillarse dejando para lo último el pelo. Se echó un poco de base, se dibujo la raya y se dio un poco de rímel. Una vez acabó se recogió dos mechones de pelo a cada lado sujetándolo con unas pinzas atrás. Se miró una última vez en el espejo y bajó al salón a leer un poco mientras le esperaba, tan solo eran las siete y media.

(continuará…)

*Este capítulo no es muy largo ya que no he tenido inspiración para seguir con la historia. Hace ya más de una semana que no publicaba uno así que aun siendo poco he decidido subirlo. Espero que os guste. Y me gustaría vuestra opinión, saber si alguien la sigue y si merece la pena seguir escribiéndola.
Un saludo
In love.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Pesadilla (Parte 2)

Tiene la respiración entrecortada. Miró el móvil en busca de la hora. Las once. Dio una vuelta en la cama colocándose boca arriba. Observaba el techo esperando volver a conciliar el sueño, pero eso no ocurría. Por lo tanto decidió levantarse y conectarse al ordenador, a ver si se distraía un poco. Un pensamiento le pasó por la cabeza. Ya lo había pensado muchas veces pero no tenía el valor de hacerlo. ¿Y si era malo lo que encontraba? Tenía que hacerlo. Tecleó su mayor miedo. Esa pesadilla que no le dejaba dormir. Todas las páginas que visitaba la conducían a lo mismo. Cansada de no encontrar otra cosa se dio por vencida. Apagó el ordenador y se tumbó en la cama con la esperanza de quedarse dormida.

Los rayos de sol se abrían paso entre las cortinas. Se giró en la cama. Sus ojos estaban abiertos al igual que toda la noche. No había podido dormir. Se levantó de la cama casi sin fuerzas. Vio el reloj que marcaba tan solo las 8 de la mañana. Se vistió con un simple chándal negro. Se puso las deportivas, cogió el móvil y salió a correr. Necesitaba despejarse un poco. Dejar de pensar en el sueño, en su significado.
Más salir de casa el sol le dio directamente en la cara. Iba a ser un buen día, o eso creía ella. Comenzó a correr, a eso había salido y no podía estar entreteniéndose mirando el sol. Empezó corriendo despacio pero de pronto su ritmo aceleró. Pasaba casas y más casas hasta llegar a la dehesa que se encontraba a las afueras del pueblo. Era un gran espacio verde con árboles distribuidos en filas, algunos se saltaban ese minucioso orden. Cansada de correr decidió sentarse debajo de unos de los árboles. Con los cascos puestos y la música sonando decidió cerrar los ojos y descansar apoyada en la dura corteza.

No sabía cuánto tiempo había pasado. Al abrir los ojos vio una sombra colocada a su lado, alzó la cabeza y le vio. ¿Pero que hacía Lucas allí?
-Buenos días.
-¿Acaso me sigues?_le pregunto a modo de respuesta.
-Sí. _ lo dijo completamente serio._ Desde que has salido de casa. _ no sabía si creérselo, pero cada vez sentía más miedo._ He visto que te metías por los árboles y que estabas sola_ una sonrisa se empezó a dibujar en su rostro. No sabía si era de maldad o solo se reía de ella._ No hay nadie más por aquí, no suele venir mucha gente, es un lugar muy tranquilo, nadie te oye. _ El corazón le empezó a latir rápidamente. Él cada vez estaba más cerca._ Parece que tienes miedo._ la cogió del brazo y la acercó a él.
En ese momento se empezó a reír y entonces se dio cuenta.
-Cabrón, me has asustado. 
-Es muy fácil asustarte por lo que veo.
-Te la tengo guardada.
Ella se dispuso a  marcharse pero él fue más rápido y se interpuso en su camino.
-Natalia no te enfades por favor, era solo una broma.
-Pues no me ha hecho ninguna gracia. Y ahora déjame pasar.
Intentó pasar por su lado pero se movió volviéndola a impedir el paso.
-Déjame pasar.
-Sólo si me perdonas.
-No.
-Mírame a los ojos, solo eso._ La cogió suavemente la barbilla obligándola a mirarle._ Muy bien. Quería decirte que lo siento, Vale sé que me he pasado con la broma y por eso quiero que me perdones. No me gustaría que estuvieras enfadado conmigo. No, porque me gustaría preguntarte una cosa, más bien pedirte un favor. Di primero que sí.
-No voy a decir que sí.
-Dilo por favor, no te arrepentirás.
No sé que la pasó por la cabeza pero de su boca salió un sí.
-Entonces a las ocho te paso a buscar a casa.
-¿Perdona?
-Acabas de aceptar salir conmigo. A las ocho nos vemos. Hasta luego.
Antes de irse la dio un fugaz beso en la mejilla.
-Y por cierto, siempre vengo a correr por aquí.
Con un sentimiento que no sabía que era, vio como se alejaba aquel chico que le había pedido salir.

(Continuará..)

*P.D: Se aceptan opiniones ^^ así que no tengáis miedo y comentad, no cuesta nada :)

domingo, 1 de septiembre de 2013

Pesadilla (Parte 1)

"My seventeen" no dejaba de sonar y solo significa una cosa, tenía que levantarse ya si quería llegar a tiempo al curso de verano. Con pocas ganas agarró las sábanas y las echo hacia atrás. Se levantó y se dirigió al baño. Contemplaba su rostro en el espejo a la vez que se peinaba el pelo. Siempre le había odiado. Era tan liso que ningún rizo era capaz de permanecer mucho tiempo obligándola a llevarlo siempre igual.
-¡Nati! ¿Estás despierta?
-Si mamá
Dejó el cepillo sobre el lavabo y se dirigió a vestirse.
-Pues baja a desayunar.
-Ya voy.
En la cocina se encontraba una mujer bajita de pelo corto e igual de liso que el de ella. No paraba de recorrer la cocina de un lado a otro con cazuelas en la mano. Natalia se acercó a ella y la dio un beso en la mejilla.
-Buenos días mamá.
-¿Qué tal has dormido cielo?
-Bien. Siempre me preguntas lo mismo.
-Es mi deber preocuparme por ti._ Últimamente es lo único que hacía. La veía diferente aunque seguía siendo la misma físicamente algo no iba bien. Lo notaba._Bueno desayuna y no te entretengas que vas a llegar tarde.
-Mamá, voy con tiempo no te preocupes.
Natalia miró el reloj de pared y ve que no, no iba con tiempo, si no corría no llegaba.
Desayunó a toda prisa y salió corriendo de casa despidiéndose de su madre con un simple adiós ya desde la calle.
Corría por las calles de aquel pequeño pueblo con el corazón latiendo a toda prisa y esperando que no se la saliera del pecho. Ya solo quedaba una calle y estaba. Doblando la esquina a toda velocidad no le dio tiempo a ver que alguien venía. Cayó al suelo tras chocar.
-¿Estás bien?
Una mano estaba tendida hacia ella. Dudó de su ayuda pero finalmente agarró la mano y se levantó. Un chico de ojos marrones la observaba. En ese momento el reloj de la iglesia daba las 11. Sin decir una palabra salió corriendo.


Dos horas después el curso se acababa por ese día. Tuvo suerte de llegar a tiempo. De vuelta a casa decidió cruzar por el parque ya que le permitía atajar un buen trecho. Absorta en sus pensamientos no se dio cuenta que alguien se le acercaba por la espalda. Una mano la agarró del hombro y sintió que el cuerpo se la paralizaba. Quiso gritar pero no podía. No fue hasta que le vio. Era ese chico.
-Joder, ¿no te vale ya con que casi me matas esta mañana que vuelves a intentarlo?
-Yo hubiera preferido que me hubieras dicho gracias.
-¿Gracias por qué? ¿Por tirarme al suelo?
-Bueno, vale. Lo siento. Aunque ha sido tu culpa.
-Así mejor pero lo último no es verdad.
-Vale. Ha sido mi culpa. ¿Me perdonas?
El chico la sonríe haciendo que se estremezca.
-Te perdono.
-Por cierto, me llamo Lucas_le tiende la mano y ella la acepta.
-Natalia. Y lo siento pero me tengo que ir.
-Bueno, pues adiós Natalia, espero volver a verte _Lucas le guiña el ojo o ese cree ella.
Ella no le contesta pero en cuanto se gira una sonrisa dibuja su rostro.
El camino a casa se le hizo muy corto. En cuanto llegó subió directamente a su habitación. No tenía hambre. Estaba cansada y el simple hecho de comer le produce un gran esfuerzo. En cuanto se tumba en la cama los ojos se le cierran como obligados por una gran fuerza.

Solo oscuridad. Camina por ese largo pasillo. La luz aparece ante sus ojos. Una mano emerge de ella. Cuando ya la tiene, otra le agarra del hombro arrastrándola hacia las sombras. Se quiere girar, quiere saber qué es, pero se despierta de golpe..

(Continuará...)