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Todo el dolor que creía conocer, todos mis recuerdos ; me llevan a ti.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Incapaz de escribir la verdad. Incapaz de reflejar su daño en papel. Incapaz de hacerlo público. Incapaz de cambiar esa sonrisa falsa.

jueves, 27 de noviembre de 2014

~

Ella lloró hasta que su viejo amigo el sueño la acogió entre sus brazos llevándola a un mundo donde sus temores se desvanecían y sus sueños se hacían realidad.

jueves, 6 de noviembre de 2014

#17

Perdida. Sin encontrar la salida. No encuentra un camino el cual seguir. Camina siguiendo una senda llena de baches con curvas y pendientes. Una senda llena de problemas hasta encontrar ese camino. Tiempo. Todo es culpa del tiempo piensa ella. Duda si esta en lo cierto. Igual es ella la culpable. Igual es ella que no sabe que hacer con su vida, no ve su futuro. No conoce sus gustos. No puede pararse, debe seguir caminando aunque no vea el final. Espera que esa senda sea la correcta, la que le conduzca a una meta que no existe todavía. Que la guíe sino al camino que le depara la vida.
Perdida. Sin saber donde buscar. Tiempo. Es lo único que necesita. Duda. Cree que solo es eso. Espera que sea solo eso.

miércoles, 29 de octubre de 2014

.

Vagaba por los pasillos como alma errante. Sombras pasaban a su lado, personas que ella no veía. En sus lados sus ojos no enfocaban forma alguna. Un pie tras otro iban moviéndose mecánicamente. Su objetivo, pasar desapercibida. Ya lo había conseguido, o casi. Sus ojos no pudieron evitarlo, lo necesitaban, necesitaban encontrar su mirada.

lunes, 6 de octubre de 2014

#15

Sus palabras salen de su boca sin pensar. Encajar es lo que intenta. Palabras que nunca deberían salir. Una pieza que quiere encontrar su puzzle. Hechos personales. Encontrar su sitio. Frases que solo la pertenecen a ella. Ser alguien. Sueños propios. Ser vista. Pesadillas escondidas que buscan la luz. Ser querida.

domingo, 5 de octubre de 2014

#14

Una máscara que esconde su verdadero ser. Rompiéndose poco a poco. Solo quiere ocultarse de las miradas de la gente. Esconder quién es. Sentimientos que guarda bajo llave que la dañan lentamente. Sentimientos que quieren escapar en forma de lágrimas. Ella los retiene, ella sonríe. Una sonrisa falsa. Algo que no es ella. Una pieza que no encaja en ninguna parte. Invisible a los ojos de la gente. Dolor. Duele. Lo oculta. Silencio. Una sonrisa. Una máscara.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Inspiración que abandona a un artista con sueños.

Inspiración que abandona a un artista sin talento; un artista sin nada; un artista con sueños.
Ideas recorren su cabeza, ideas nómadas, ideas sin dueño.
Su mente vaga por lugares remotos; donde antes había una musa, donde antes estaba su todo.
Realidades percibe; lugares encantados; cuentos de hadas con princesas, pero sin lobos.
Plasmarles él quiere con pintura en su lienzo; pinceladas que hablen solas, que griten a los cuatro vientos.
Mas él no puede, su musa se ha ido, su inspiración se esconde, sus sueños quedan rotos.
Hundido se encuentra en un valle profundo; solo oscuridad, sombra de pozos sin fondo.
Sus sentimientos gritan, salir es lo que quieren; su cabeza les aguarda, y su razón se pierde.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

#13

Huracanes de pensamientos arrasan en su cabeza. Miedo, sueños, cobardía, amor, tristeza,... todos los sentimientos intentan abrirse hueco, ser los primeros.

#12

De repente todo desaparece. Todo se acaba dejando atrás solo dolor. Lágrimas que brotan de un corazón roto. De un vacío que nunca se llenará. La alegría pasa a tristeza. La felicidad a dolor. Un conjunto de sentimientos oscuros que no llegan a ver la luz. Miedo a esa oscuridad que se cierne sobre ti. Un camino en el cual no se ve el final.

domingo, 20 de abril de 2014

#11

Querer gritar a los cuatro vientos todo lo que te duele, pero no ser capaz de decir una sola palabra. Todo es dolor lo que llevas dentro, un dolor que nunca se acaba, que cada vez se hace mas grande. Tener ganas de poner fin a todo pero no poder, tener miedo a no vivir.

lunes, 31 de marzo de 2014

Solo palabras

Un año más me presenté al concurso literario de mi instituto, pero este año no ha habido suerte :(. Pero no pasa nada, otra vez será (añadir que la contricante era muy buena ;) ). Así que aquí os dejo el relato de este año...

SOLO PALABRAS


El príncipe avanzaba por el pasillo, espada en mano, mirando a todos los lados en busca del raptor de la princesa. El pasillo llegó a su fin. Bloqueándole el paso se encontraba una enorme puerta de madera, que seguro que encerraba lo que andaba buscando. Empujó la puerta, pero estaba atascada, así que cogió carrerilla y se lanzó sobre ella. Fue tanta la fuerza que, cuando la puerta cedió, el valiente príncipe se dio de bruces contra el suelo. Rápidamente se levantó, alguien como él no podía ser visto tirado en el suelo. Y, alzando la espada, declaró que lucharía con quien fuera. Pero allí no había nadie, no había nada. Todo lo que su vista llegaba a alcanzar era oscuridad. Iluminando el lugar se encontraban pequeñas luces, eran estrellas.

Sus pasos eran inseguros al ritmo que avanzaba por ese extraño terreno. Se notaba que era algo nuevo para él. Pensaba en los mapas que él siempre había estudiado, pero no había ninguno que se le pareciera. Pero sí recordaba un satélite propio de la Tierra, la Luna. Un ruido lo sacó de sus pensamientos. Giró sobre sí mismo unas cuantas veces, desorientado, hasta encontrar el lugar de procedencia de dicho sonido. Y allí lo vio: dos extrañas criaturas de cuerpo alargado y cabeza redonda, de la cual salían dos alargados ojos como los de un caracol. Sus manos eran cuatro, con seis dedos cada una. Y los pies, pequeños en comparación al cuerpo. El príncipe, si no hubiera sido tan valiente y tan orgulloso, se habría desmayado cual doncella.



—¿Quiénes sois? — gritó.



La extraña criatura morada no contestaba, pero ¿acaso podía?



—¿Quiénes sois? — insistió el príncipe, esta vez dando una estocada al aire en señal de bravura.



El marciano se movió dos pasos y con una de sus manos sacó de su espalda un objeto. Lanzó un rayo proveniente de ese extraño artilugio, haciendo saltar la espada en mil peda... ¡aguarda! ¿Eran letras lo que veía? Sí, su espada se vio reducida a un montículo de letras, ¿pero cómo era eso posible? No le dio tiempo a buscar respuesta, pues tenía que correr si no quería acabar él así.

Corría sin mirar siquiera el camino que pisaba, sólo atento a la criatura que le quería convertir en letras. Fue así que, al no ver el objeto que tenía delante, chocó contra él.

Aun sin conocer su procedencia, al encontrar lo que se suponía que era una puerta, se arrojó a su interior. Sin perder de vista por donde había entrado, caminaba de espaldas lentamente de modo que sus manos iban detrás de él, tanteando el lugar. Fue así que estas llegaron a apoyarse en un montón de botones de colores. Y fue entonces cuando se giró. No le dio tiempo a preguntarse para qué eran, pues el artilugio empezó a moverse, lanzándose hacia el vacío.



—¿¡Qué has hecho!? — gritó una voz de hombre a su espalda.— ¿Por qué has hecho despegar la nave? ¿Y más aún, quién eres? ¿Qué haces aquí?



El príncipe no contestó a nada de eso, sino que se quedó mirando a aquel hombre con ese extraño traje blanco que llevaba. Se acercó a él con curiosidad, observando cada detalle que caracterizaba a aquel humano.



—¿Qué es esto? — preguntó el príncipe señalando a  su alrededor.



—Mi nave — contestó este. —Estaba en la Luna de expedi… ¡espera! ¡El que hace las preguntas aquí soy yo! — dijo, cabreado. El príncipe echó un paso atrás. — Bien, ¿quién eres?



—Soy  el príncipe de Reino Negro, voy en busca de la princesa — dijo, al igual que si de un discurso se tratase.



—Bien. Veo que la falta de oxígeno te ha afectado el cerebro...



El príncipe le miró extrañado, incrédulo. ¿Pero qué decía aquel hombre? Unas sacudidas les sacaron de aquello que para ambos era extraño, haciéndoles agarrarse donde pudiesen.

La nave aumentó la velocidad, precipitándose hacia la Tierra. Segundos pasaron hasta que la nave se estrelló. Menos mal que fue a parar a un lago, sino no habría habido superviviente alguno. Con la ayuda de una bella joven, ambos salieron. El príncipe, por su propio pie, pero el astronauta tuvo que ser sacado por ella. Ya en la orilla del lago, el príncipe se recuperaba de todo lo vivido. Mientras, la joven no se separaba del astronauta, que, poco a poco, iba recuperando el conocimiento. El príncipe, una vez recuperado, centró su atención en la pareja: la joven no era una chica cualquiera; en vez de piernas, de su tronco salía una larga cola. La sirena susurraba algo al astronauta, que cada vez parecía más hipnotizado y asentía a todo lo que ella le decía. Fue en el momento de su último asentimiento cuando fue conducido por ella a la orilla del lago y, posteriormente, al fondo de él. El príncipe, en ese momento, salió corriendo bajo una lluvia de letras procedentes de la nave que explotaba. Él no quería tan trágico destino.



Corrió y corrió sin parar. Era la segunda vez que huía ese día, y algo le decía que no sería la última. Corría por un descampado que daba a un bosque y, como la primera vez, chocó contra algo. ¿Eran escamas? Un escalofrío lo recorrió de arriba abajo. Eso solo podía significar una cosa: dragón. Esperaba estar equivocado. Pero no, allí estaba, un dragón de seis metros, garras afiladas y una cola larga salpicada por lo que parecían ser cuernos. Tragó saliva, era hombre muerto si este le veía.



—¡Socorro! —un grito lejano llegó hasta sus oídos.



Era la princesa, no dudaba de ello. Debía de estar al otro lado del bosque. Un cartel de madera clavado le daba nombre: Bosque de las Hadas. Era una gran arboleda de todos los colores, sí: morado, rosa, naranja, rojo, azul, había arboles de todo tipo. Y para atravesarlo, debía cruzar delante del dragón. Poniéndose este de puntillas intentó pasar sin ser visto. Pero fue tan su mala suerte que tropezó con un montón de huesos, armando gran jaleo. El dragón fijó sus brillantes ojos naranjas en su objetivo y, alzando sus alas y rugiendo, declaró cuál sería su próxima presa. Y antes de que abriera su boca, el príncipe salió corriendo al interior del bosque. A su paso el dragón iba lanzando fuego con el objetivo de alcanzar al príncipe, pero lo único que lograba era que los árboles comenzaran a arder. El príncipe se veía perdido, veía que su hora llegaba.

De pronto, nubes que parecían de purpurina salían de cada árbol. Las hadas, al ver que destruían su hogar, se lanzaron contra el autor de todo aquello. Ante el atento príncipe lanzaban contra el dragón hechizos, más bien letras, que se trasformaban en armas, en palabras, convirtiendo lo que quedaba del dragón en pequeñas flores naranjas. No le dio tiempo al príncipe a darle las gracias a aquellos pequeños seres, pues un nuevo grito de socorro se volvió a oír.

Allí estaba, el raptor de la princesa. Un gran ogro que de amable tenía poco. Antes de acercarse a él, y con cenizas de lo que antes era bosque, consiguió lo que necesitaba. Uniendo las letras, como habían hecho las hadas, creó un arco y unas flechas. Esta vez no podía fallar y, si hubiera creado una nueva espada, una lucha cuerpo a cuerpo con el ogro le hubiera conducido a la derrota.

Con paso firme se dirigió a la batalla. Estando a unos metros del ogro, y viendo este que el príncipe no llevaba armas, echó a reír.



—¿Pensáis que me podéis ganar? — preguntó entre risas.



Como respuesta, de su espalda sacó el arco y las flechas. Y, antes de que el ogro cayese en la cuenta del error que había cometido al no darse cuenta, le disparó una flecha a la pierna. El ogro pasó de la risa al enfado. Y cuando quiso atacar era ya tarde; seis flechas se habían clavado en su cuerpo, acertando una de ellas en su pecho. Al siguiente paso que intentó dar, sus rodillas se doblaron y cayó al suelo como un árbol tras ser talado. Y, ante los ojos del victorioso príncipe, el ogro pasó a convertirse en letras.



—Oh, valiente príncipe— gritó la princesa acercándose a este —, me has salvado la vida. Decidme con qué puedo compensaros, y haré todo lo que esté en mi mano para que se lleve a cabo.



Agarrándole de la cintura, la atrajo hacia él. Y, mirándola a los ojos, la alzó al vuelo, desviando solo un segundo su vista hacia su próximo destino.







Laura observaba cómo los personajes de sus historias saltaban de un libro a otro, de una página a otra, cargados con las palabras que ellos querían para escribir sus propias aventuras.

Veía cómo el valiente príncipe llevaba a hombros a su querida princesa. El ogro hacía saltar en mil pedazos un trozo de nave que se había desviado de su camino. La sirena arrastraba al fondo a su amado astronauta, a la vez que el dragón hacía que el bosque de las hadas ardiera, obligándolas a volar hacia los jardines de palacio de la bella princesa. Y todo ello eran solo simples palabras, simples letras que ella había unido, las cuales, gracias a su imaginación, cobraban vida...

~FIN~
  
    Pd:Toda crítica es bien recibida

jueves, 20 de marzo de 2014

Las llamas les envolvían quemando el mínimo rastro de vida que poseían. Sus almas ascendían, lo intentaban ya que la tierra las llamaba para ser conducidas al lugar más remoto de su interior donde lo único que se veía era oscuridad. Allí se quedarían hasta el final de sus tiempos. Sufrirían todo lo que habían disfrutado. Les había llegado su hora, la hora de venganza. En sus ojos se reflejaban esas naranjas y rojas llamas que ella había llamado.

domingo, 9 de marzo de 2014

Microrrelato

El sol brillaba en lo alto del cielo. Una suave brisa sacudía las hojas de los árboles. En el bosque reinaba un intenso silencio.En lo más profundo del bosque una pequeña niña yacía en el suelo. Sus ojos se hallaban cerrados. Parecía sumergida en un profundo sueño. Un liquido color carmesí manchaba su vestido blanco. Su pelo rizado jugaba revoltoso con las ramas y hojas que el suelo poseía. De repente el silencio fue interrumpido por el graznido de un cuervo. El cielo paso del azul al gris más oscuro. La brisa tornó en un fuerte viento que llevó consigo los restos de tranquilidad. Cada vez más cuervos entraban en escena rodeando al pequeño cuerpo. Una sinfonía de graznidos que conducían el pensamiento al más profundo infierno. Un tornado de aire, hojas y plumas empezó a crecer alrededor de tan frágil criatura. Su cuerpo despegó del suelo dejando su silueta en la tierra. Al ritmo que ascendía los cuervos volaban en torno a él dibujando círculos negros. Un golpe de aire hizo que el cuerpo se levantara, que se pusiera en pie en el mismo cielo. Su cabeza gacha empezó a ascender lentamente a la vez que el frió empezó a hacerse dueño del lugar. Una sacudida y el tiempo se congeló. La pequeña niña descendió hasta que sus pies tocaron el suelo. En ese momento una brillante luz salió del él. Un círculo rojo se grabó en la tierra. Sus ojos se abrieron. Los ojos del diablo, ojos rojos como el mismísimo fuego del inframundo. El fin había llegado.



viernes, 14 de febrero de 2014

Como si no hubiera mañana (microrrelato)

Una gran sombra se alzaba sobre sus cabezas. Un grito que salió de lo más profundo de sus seres. Luego todo se quedo en negro. Solo se veía sangre que se extendía hasta lo más remoto de la habitación, al igual que el agua sigue pequeños caminos en busca de su destino. Un dibujo de sangre quedó grabado en la pared en recuerdo de las vidas que se cobraron ese día.
Marta observaba la habitación, viviendo el dolor que esas paredes habían presenciado. Los gritos de miedo que habían aislado. Allí es donde su hermana vivió sus últimas horas de vida. Ella recordaba esa misma tarde como si fuera ese mismo momento. La vio salir de casa. Llevaba el nuevo vestido que ella la había regalado. La dijo que disfrutara de la fiesta como si no hubiera mañana. Y no estaba equivocada. Esa misma noche llamaron a la puerta dando la noticia que la haría encerrarse en ella para siempre. Su hermana había sido asesinada junto sus cinco amigos. Nadie nunca supo el motivo de dicha atrocidad, ni el culpable de semejante cosa. Desde ese momento Marta no volvió a ser la misma. Las palabras que dijo a su hermana antes de irse no salían de su cabeza, "como si no hubiera mañana". Nunca se perdono que se hicieran realidad. Solo teniendo la esperanza de que disfrutara como ella la dijo hacía que ella siguiera allí.
Diez años después llegó el trágico desenlace de esta historia, esa misma habitación presenció un nuevo asesinato, una joven fue hallada junto a cinco amigos al igual que los seis jóvenes. Pero en sus paredes fue escrito un mensaje que solo su destinatario supo que era para él:
"Ella disfrutó como si no hubiera mañana. Era hora de que tú disfrutases, el mañana estaba cerca."